He llegado a la conclusión de que por mucho que nos empeñemos en diseñar un verano de los de no olvidar en la playa o en la montaña...con la suegra o de Rodríguez...una cosa que no puede faltar , sea donde sea, y que se te que queda grabado en la cabeza por los siglos de los siglos son, a parte de la tradicional mezcla Nivea-cloro de piscina, las barbacoas...y mejor aún si son barbacoas de cena...sin aguantar calores y con chanclas y una cervecita fría amenizando el momento...
De carne, verduras, marisco o pescado, cada uno elige la que más le apetece en cada momento...y qué decir del grado de cocinado de los ingredientes al gusto de cada uno y que obliga a estar continuamente alterando el curso normal de la parrillada....con sus consabidos rifirrafes y miradas asesinas jajaja...
No podemos olvidarnos tampoco de las guarniciones, complemento perfecto de los platos estrella...y que normalmente suelen acabarse antes de que llegue a la mesa el resto de ingredientes ya cocinados...yo voto por guarniciones de verduras que además contrarresta un poco el efecto chorizoasado jajaja
Bueno...el caso es que aprovechando que mi planta de zapallos ecológicos se había animado a dejarme un regalito digno de ser usado, decidí utilizarlo como guarnición salteada para la barbacoa. Los zapallos vienen a ser un híbrido entre la calabaza y el calabacín...y simplemente salteados son un espectáculo de sabor y textura.
La barbacoa es otro clásico de los veranos españoles...y que como durante el resto del año me olvido bastante de las sardinas, pensé que unos espetos versión Castilla Profunda no vendrían mal para acabar la velada.
Otro factor importante en las barbacoas es la elección del tipo de leña para crear la brasa. Esa es la principal razón por la que una barbacoa con los mismos ingredientes no sabe igual si la hacemos en sitios diferentes. Para mí, y por razones obvias, la leña de encina es de las mejores para hacer una parrillada...pero para gustos los colores...
Se coloca todo bien en la parrilla sin olvidar meter un par de limones troceados para que se asen también y suelten todo el zumito. También añadí unas ramas de laurel fresco a las brasas.
Después de unos 5 minutillos dándoles candela, retiramos las sardinas y las servimos espolvoreadas con un poco de sal gorda (en este caso sal Maldon) y si se quiere un chorrín de aceite de oliva en crudo...
Y por supuesto, no hay barbacoa que se precie sin barbillas grasientas, dedos pegajosos y camisetas para tirar...una maravilla organoléptica veraniega jajaja...me ofrezco voluntaria para esos anuncios en los que viene un enterado a casa a limpiarte las manchas con el flus-flus de turno mientras me hago la sorprendida jajaja
**// El Pick-Up de Cabriola: Volando Voy de Kiko Veneno
6 comentarios:
Oleeee... a tu próxima barbacoa me apunto!!!!
besos
Esta si que es para mancharse los dedos bien, una barbacoa un buena idea para juntar a los amigos...
Besitos...
Nos encantan las sardinas y más aún en barbacoa.
Años ha que no tomo sardinas en barbacoa ¿Me invitas?
Mmmmm,me encanta el pescado asado de ésta forma,sardinas,boquerones,caballas..mmmm,todo está riquísimo,y acompañado de un picadillo ni te cuento.Te ha quedado estupendo.
Me quedo de seguidora por aquí.
Saludos.
http://la-cocina-de-capicua.blogspot.com/
No encuentro el gadget de seguidores,pero ando por aquí,en cuanto lo pongas o yo lo vea..jajaja,me apunto.Byee
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