Cruzando los dedos...

El final del verano es una de las épocas del año que más me gustan. Se va el calor y hay que rescatar las rebecas, llegan los toros (aunque este año vaya una bazofia de feria...madre mía...lo que era Salamanca y en lo que se ha convertido...) y sobre todo, llega el momento en que predomina un auténtico contrabando de productos de huerta entre vecinos jajaja

Sin ir más lejos estoy escribiendo ahora con los dedos llenos de barro y de polen fosforito de las flores de las tomateras...por cierto, el mejor olor del mundo junto con el de las higueras!!!

Próximamente en el blog...testimonio gráfico de la cosecha ecológica de hoy jaja

COSTILLAS MARINADAS CON CALABAZA AL AJILLO

Ingredientes:

Costillas de cerdo
Patatas
Calabaza pre-otoñal
Unos dientes de ajo
Zumo de media lima
Especias varias al gusto: las mías eran coriandro molido, pimienta negra y tomillo limón fresco
Vino blanco tipo Jerez o similares
Aceite de oliva
Salsa de soja
Una pizca de sal
Una pizca de azúcar


**El secreto de esta receta es dejar la costilla marinando la noche antes, o al menos un par de horas antes de meter al horno.

Ponemos la carne en una fuente lo suficientemente honda para que se embadurnen bien( tampoco tienen que quedar completamente sumergidas). En un mortero mezclamos unos dientes de ajo, las especias, un chorrito de salsa de soja, el zumo de media lima y un par de cucharaditas de azúcar. Dejamos marinando todo el tiempo que sea posible para que se concentren bien todos los sabores.

Al día siguiente ponemos en una fuente de horno unas patatas cortadas en rodajas como de medio centímetro de grosor, ponemos inmediatamente encima las costillas y regamos bien con un poco del líquido de marinarlas y regamos con un chorrito de vino blanco seco tipo Jerez. Por último añadimos también unas cuantas ramitas más de tomillo para que den aroma y sabor y metemos en el horno unos 25-30 minutos a 180ºC.

Mientras le damos candela a la carne, cortamos una calabaza en medallones de medio centímetro de grosor también y ponemos en una sartén con un chorrito de aceite en una sartén. Fuego fuerte para que se doren bien y en el último momento añadimos un par de dientes de ajo cortados en trocitos pequeños. Por último rociamos con un chorrín de limón y retiramos.

...Y solamente nos queda emplatar y empezar a tocar la armónica jajaja

Están deliciosas, animaos a hacerlas que no os arrepentiréis...un sabor agridulce para empezar y no acabar!!!

Os dejo por hoy que tengo que echarle morro y labia para ver si me dejan ver los mosaicos de una villa romana cerrada al público y de dueños, parece ser, tirando a reacios.......en fin...siempre podré enseñar pantorrila para ver si cuela....jajajaja ya os contaré en qué queda la cosa...(cruzando dedos)...